La Fantasía Final

¿Quién no ha jugado a estas alturas a un videojuego? ¿Quién no se ha cabreado porque su hermano/novia/primo/padre le ha ganado esa partida cuando él es el dueño y señor del título? Pero, ¿cuántos han llorado de verdad con un videojuego?

Hace algo más de 10 años, Squaresoft lanzaba para la ya olvidada Playstation (1) el videojuego Final Fantasy VII. ¿Por qué ese nombre? A finales de la década de los 80, Squaresoft, empresa japonesa dedicada al desarrollo de videojuegos, se encontraba en bancarrota debido a las pobres ventas de sus desarrollos. Decidieron crear el último videojuego de la compañía para después cerrar, y le dieron por nombre Final Fantasy. Tal fue el éxito del juego, un título de rol en el que los personajes luchaban por turnos, que la empresa se revitalizó y pudo sobrevivir a la crisis.

Con los años, Squaresoft siguió publicando juegos, pero la estrella de su catálogo era la serie Final Fantasy. Hace un década, como ya dije, la compañía publicaba para la consola de Sony la séptima entrega, y con ella cambiaba la historia de los videjuegos. Considerado por la mayoría de expertos el mejor videojuego jamás creado, FFVII te transporta a un futuro pseudo-apocalíptico en el que la tecnología manda y la tierra se muere, exprimida por la terrible compañía Shinra.

Tu eres Cloud, un luchador de élite con un pasado turbio que, junto al grupo Avalancha, intentará poner fin al caos que sufre nuestro planeta. Acción, magia, invocaciones, puzzles y una elaborada historia llena de drámaticos acontecimientos y brillantes diálogos, que sumergen al jugador de lleno en el juego.

Pero, quizás, lo más sobrecogedor es la fascinante historia de amor que el protagonista del juego, Cloud, vive con Aeris, una preciosa joven con poderes sanadores. Tras un triste acontecimiento, la historia de amor se transforma en odio, lucha y venganza, en pos de recuperar aquéllo que nunca debió ser arrebatado: la vida.

FFVII es un excepcional juego, pero también es una excepcional forma de entender que detrás de las nubes oscuras, el sol sigue brillando.