Ayer en mi descripción se me olvidó decir que soy un deportista nato. Sí, sí. Bajo mi culete fofo y mi barriguilla cocacolera se esconde puro nervio atlético. Recuerdo como ya desde pequeño jugábamos a ‘cinto’: se escondía un cinturón entre los arbustos de un parque y el primero que lo encontrase salía detrás del resto dando cintazos, cuanto más fuertes mejor. Muy educativo el juego.
Un día de esos, mientras corría delante del cinto (lo divertido era correr detrás), un perrito se decidió a unirse al grupo y entendió las reglas como él quiso: salió a la carrera y entre la marabunta de niños me escogió a mí para morder. Resultado = un buen bocao, sangre, llanto, cura y la antirrábica. Hubiera preferido el cintazo.
Lo que más me gusta es hacer deporte en solitario (pocas veces encuentro a alguien para practicar en pareja, en tríos…). Suelo hacer bicicleta estática, carrera en mi ‘andarín’, escaleras y abdominales. Y es que en estos casos haces lo que quieres y cuando quieres. Me acuerdo una vez jugando al ping pong con una amiga; no pillaba ni una pelota y me dice: es que si me miras me pones nerviosa. Eah, pues juega con el Dioni, no te jode! Y es que practicar deporte no es fácil. Lo peor, desde luego, son las lesiones, pero si encima te encuentras con individuos como los de estos videos, el deporte se convierte en un espectáculo circense.
Los vecinos del barrio de Lavapiés, en Madrid, han organizado unas olimpiadas deportivas muy peculiares, que recogen el espíritu del lugar para darlo a conocer a todo el mundo. Aquí tenéis las pruebas que se realizarán (pinchad en la imagen para verla a tamaño mayor):
Ya sabéis, practicad deporte, que es muy sano, y si puede ser aquél que no se suspende por falta de luz, mejor que mejor.
Un saludo, Mike.