sábado, 31 de enero de 2009
viernes, 2 de enero de 2009
Año nuevo, entrada nueva
Hola a todos,
Si os creíais que ya me había olvidado del blog estábais equivocados. Si llevo dos meses sin postear es principalmente por dos razones: por el curro (que hay mucho, o ha habido mejor dicho) y porque no había gran cosa que contar.
Las últimas semanas del trimestre académico se desarrollaron entre prisas para terminar los temarios, exámenes por todos lados, fines de semana dedicados a las correcciones (qué cosa más pesada Dios) y reuniones por doquier, diarias, inservibles algunas, interesantes otras. Me encantan las sesiones de evaluación, dónde se critica a todos y por todo. Ahí los profes nos resarcimos del puteo generalizado durante el curso. Son como las reuniones del Padrino: la vida de muchos alumnos está en nuestras manos.
Pero el trimestre aún tenía una sorpresita más guardada para el tito Mike. El 19 de diciembre, cuando bajaba hacia Jaen para pasar el finde en casa, tuve un accidente de tráfico a la altura de Tomelloso. Un abuelete de 73 años, extranjero, sin papa de español y con unas gafas de culo de vaso, se me empotró por detrás y me dio un susto que para mi se queda. He estado con el collarín una semana pero ya está todo bien (bueno, queda alguna molestia, pero soportable). Lo peor de todo es mi pobre focus, que está malherido en el taller, con toda la parte trasera destrozada y a la espera de que al perito le salga de los cascabeles ir a verlo y dar la orden de reparación. Mientras tanto estoy sin coche.
Pues no hay mucho más que contar. Las navidades tan aburridas como siempre; los langostinos tan ricos como cada año y lamentablemente menos gente con la que compartir la mesa, cosa que se nota y mucho. Pero así es la vida.
Feliz año nuevo a todos, que los reyes magos os traigan muchas cositas (a los que habéis sido malos, desde luego no) y que disfrutéis de lo que queda de vacaciones. Un saludo especial para aquéllos que recorren tierras americanas en estos días.
Un saludo, Mike.
Si os creíais que ya me había olvidado del blog estábais equivocados. Si llevo dos meses sin postear es principalmente por dos razones: por el curro (que hay mucho, o ha habido mejor dicho) y porque no había gran cosa que contar.
Las últimas semanas del trimestre académico se desarrollaron entre prisas para terminar los temarios, exámenes por todos lados, fines de semana dedicados a las correcciones (qué cosa más pesada Dios) y reuniones por doquier, diarias, inservibles algunas, interesantes otras. Me encantan las sesiones de evaluación, dónde se critica a todos y por todo. Ahí los profes nos resarcimos del puteo generalizado durante el curso. Son como las reuniones del Padrino: la vida de muchos alumnos está en nuestras manos.
Pero el trimestre aún tenía una sorpresita más guardada para el tito Mike. El 19 de diciembre, cuando bajaba hacia Jaen para pasar el finde en casa, tuve un accidente de tráfico a la altura de Tomelloso. Un abuelete de 73 años, extranjero, sin papa de español y con unas gafas de culo de vaso, se me empotró por detrás y me dio un susto que para mi se queda. He estado con el collarín una semana pero ya está todo bien (bueno, queda alguna molestia, pero soportable). Lo peor de todo es mi pobre focus, que está malherido en el taller, con toda la parte trasera destrozada y a la espera de que al perito le salga de los cascabeles ir a verlo y dar la orden de reparación. Mientras tanto estoy sin coche.
Pues no hay mucho más que contar. Las navidades tan aburridas como siempre; los langostinos tan ricos como cada año y lamentablemente menos gente con la que compartir la mesa, cosa que se nota y mucho. Pero así es la vida.
Feliz año nuevo a todos, que los reyes magos os traigan muchas cositas (a los que habéis sido malos, desde luego no) y que disfrutéis de lo que queda de vacaciones. Un saludo especial para aquéllos que recorren tierras americanas en estos días.
Un saludo, Mike.
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